Después fue el turno de otra de las preferidas, Rocío Peralta. La joven sorprendió a un Salón Real repleto de público con una colección titulada «Del oeste hacia el sur». Cada detalle de los estilismos de las modelos estaba pensado con mimo, pero aquello no era una película de indios y vaqueros aunque pudiera parecerlo (una de las canciones que sonó fue la banda sonora de Bailando con lobos), se trataba de un desfile de moda flamenca que gustó y divirtió a todos. Rocío Peralta ha pasado de las flores para poner plumas o sombreros de vaqueras, ya no pone tacones sino botas de cowboy, y en lugar de colorete, pinturas de indios cruzando las mejillas. Y aunque todo así explicado pueda parecer un disfraz de Carnaval, la magia nace cuando mezclas esa estética de vaquera-india con volantes, lunares, estampados florales y piquillos tradicionales (que vuelven a la cintura). Y funciona. Y mucho.

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